Recomendaciones de alimentación saludable en la infancia

Crear unos hábitos alimentarios saludables durante la infancia es fundamental para:

·    Un correcto crecimiento y desarrollo intelectual y social de los niños.

·     Un estilo de vida más saludable y, a su vez, prevenir problemas de salud o enfermedades crónicas en la edad adulta (sobrepeso y obesidad, desnutrición crónica, etc.).

 Los niños aprenden por imitación, por lo que es el papel de la familia y la escuela son fundamentales a la hora de generar buenos hábitos. Por ello, es esencial asegurar que las personas encargadas del cuidado de los niños reciban orientación apropiada en cuanto a la alimentación óptima.

Enseñar a los niños a comer saludablemente no es fácil, pero si se comienzan desde pequeños, la probabilidad de éxito será mucho mayor.

 

¿Cuál es la mejor forma de alimentar a nuestros hijos?

La mejor manera de darle a un niño la nutrición que necesita, es ofrecerle una amplia variedad de alimentos que le resulten agradables, mediante el consumo de una dieta variada y moderada.

Recomendaciones importantes

·    Presentar los alimentos en pequeñas   cantidades.

·    Favorecer un entorno agradable y tranquilo   durante las comidas.

·    No forzar a comer.

·    Evitar distracciones durante las comidaS (TV, Tablet, móvil, juguetes, etc.).

·    Horario estable para la comida.

·     Anticipar la comida…

·     Comer sin prisas…

 

 Pautas de alimentación y dieta

· Debemos alimentar a los niños adecuadamente desde su nacimiento promoviendo la lactancia materna.

· Introducir la alimentación complementaria   a partir de los seis meses. 

· Es importante que enseñemos a los niños el valor de la dieta mediterránea tradicional.

· Tener en cuenta la variedad de sabores, olores, formas y consistencias, ya que un       plato bien preparado siempre despierta el interés de los niños y estimula las ganas de comer.

· Estimular el ejercicio físico en los niños y tratar de que mantengan un peso saludable estableciendo un equilibrio entre el aporte y el gasto energético.

· Moderar el consumo de carnes, especialmente las procesadas y embutidos.

· Es conveniente que los niños consuman diariamente entre medio y un litro de leche u otros lácteos, como quesos, yogures o postres lácteos.

· Incluir en la dieta frutas y verduras (5 o más raciones diarias) y pescados (exceptuando los azules hasta los 10 años, por alto contenido en mercurio).

· Aumentar la ingesta de alimentos ricos en hidratos de carbono complejos (pan, legumbres, pasta, patatas y cereales) y reducir el consumo de azúcar, dulces, bollería y snacks.

· Es conveniente disminuir el consumo de sal y, por supuesto, nunca debemos permitir el consumo de alcohol en los niños.

· Evitar refrescos, sustituyéndolo por agua como bebida fundamental.