Especial San Valentín
Esta pareja de mayores de la Residencia San Juan de Dios de Granada, que hoy celebra el Día de los Enamorados, lleva toda la vida superando cualquier adversidad, entre ellas, la COVID-19
Ángeles Ortega y Federico Mingorance, residentes de la Residencia de Mayores de San Juan de Dios, perteneciente a la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios en Granada, celebran este Día de los Enamorados de manera muy especial tras haber superado el coronavirus y con la tranquilidad de estar inmunizados tras haber recibido las dos dosis de la vacuna.
Desde hace tres años, esta pareja que cuenta a sus espaldas con 55 años de matrimonio, tres de noviazgo y dos hijos; vive en la residencia que la Orden tiene en Granada donde pueden recibir la atención de los profesionales para sus diferentes necesidades particulares, pero estando siempre el uno con el otro como han hecho durante toda su vida. “Recuerdo que yo trabajaba en una tienda de desavío que tenían mis padres en Pinos del Valle y él trabajaba en el campo. Pasaba a diario para poder verme, hasta que empezó a visitarme también en mi casa. Desde entonces, siempre lo hemos hecho todo juntos y de la mano”, cuenta Ángeles.
Entre los meses de octubre y noviembre, tanto Federico como Ángeles fueron trasladados al Hospital San Rafael tras dar positivo en COVID-19 presentando síntomas como fiebre alta o la imposibilidad de poder respirar correctamente. Una situación que, a pesar de los miedos e incertidumbres el uno por el otro, vivieron con esperanza y confianza en el personal sanitario: “En esa situación se te pasan tantas cosas por la cabeza… Hijos, nietos, bisnietos… Pero igual que vienen, hay que dejarlas pasar y luchar por salir adelante”, explica Ángeles. “Yo ingresé antes que mi marido, pero tenía claro que no quería salir de allí sin él, y gracias a todo el personal del hospital pudimos conseguirlo. Fueron primorosos con nosotros”.
Cuando se le pregunta a Ángeles por la clave del éxito para seguir juntos después de tantos años con más amor incluso que en el comienzo, lo tiene claro: “Hay que quererse de verdad, no a ratos. Aprender a superar las cosas juntos, pero, sobre todo, el respeto y el cariño y que lo que se haga salga del corazón”. Unas claves que han sido también la base para mantener intactas las emociones después de toda una vida compartida. “Hace pocos años Federico me sorprendió con un viaje a Italia. Siempre hemos mantenido la ilusión, es difícil, pero en nosotros siempre ha sido así”, afirma Ángeles con los sentimientos a flor de piel.
Ahora que a Federico le cuestan los recuerdos, Ángeles sigue siendo su apoyo para recordar por los dos que siempre se han adaptado a todo lo que la vida les ha deparado y que jamás han tenido un sí o un no. “Siempre trabajando juntos y compartiendo la vida. Las decisiones y la evolución siempre de la mano”. 58 años después y a pesar de las vicisitudes siguen siendo ellos, en la salud y en la enfermedad. Siempre desde el amor.