La esperanza y la calidad de vida han aumentado considerablemente en el último siglo gracias a los avances científicos y el conocimiento sobre el cuerpo humano, la salud y el bienestar físico y emocional.
En este sentido, mantener una estilo de vida activo es, según los profesionales de la salud, uno de los mejores métodos para prevenir el deterioro de nuestra salud, influyendo notablemente en las enfermedades de la tercera edad.
Según la Organización Mundial de la Salud, la actividad física regular:
- Reduce el riesgo de muerte prematura.
- Disminuye el riesgo de muerte por enfermedad cardiaca o accidente cerebrovascular, que representan un tercio de la mortalidad.
- Minimiza hasta en un 50% el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, diabetes tipo II o cáncer de colon.
- Contribuye a prevenir la hipertensión arterial.
- Contribuye a prevenir la aparición de la osteoporosis, disminuyendo hasta en un 50% el riesgo de sufrir una fractura de cadera.
- Reduce el riesgo de padecer dolores lumbares y de espalda.
- Aumenta el bienestar psicológico, reduce el estrés, la ansiedad, la depresión y los sentimientos de soledad.
- Ayuda a controlar el peso.
- Protege los huesos, músculos y articulaciones.
El sedentarismo se traduce a un estilo de vida inactivo en el que la persona realiza menos de 90 minutos de actividad física a la semana, algo que aparece de manera progresiva conforme entramos en rangos de edad más avanzados. Un mal silencioso que causa deterioro físico y mental, poniendo en riesgo la salud y el bienestar de las personas de la tercera edad.
Entre las consecuencias del sedentarismo están:
- Pérdida de masa muscular y resistencia.
- Los huesos se debilitan y pierden minerales.
- El metabolismo se ve afectado y las grasas y los azúcares se pueden volver un problema grave.
- El sistema inmunitario puede dejar de funcionar correctamente.
- Mala circulación de la sangre.
- Inflamación en alguna parte del cuerpo.
- Posibilidad de desarrollar un desequilibrio hormonal.
- Aumento de sentimiento depresivo.
Además, el sedentarismo lleva asociado muchas enfermedades crónicas como la obesidad, colesterol alto, enfermedades del corazón, presión arterial alta, osteoporosis, diabetes tipo II, algunos tipos de cáncer y accidentes cardiovasculares. La depresión y la ansiedad también pueden ser causados por un estilo de vida sedentario.
Cómo evitar el sedentarismo
Resulta fundamental incentivar a los mayores a introducirse en la cultura del envejecimiento activo.
Los expertos consideran que la cantidad mínima de ejercicio saludable puede ser de dos maneras:
- 75 minutos de ejercicio enérgico a la semana.
- 150 minutos de deporte moderado a la semana.
Con este objetivo, en la Residencia de mayores San Juan de Dios contamos con profesionales de la fisioterapia, la terapia ocupacional y la animación sociocultural para velar por su bienestar y ayudar a su envejecimiento activo y saludable y a su calidad de vida.